Lucía Encabo, primera jueza verata: Muchos jarandillanos han vivido mi oposición como si fuera la suya propia

Lucía Encabo es la primera jueza de la Comarca de la Vera. No nos referimos a la primera mujer sino a la primera persona nacida en la Vera que llega a ser titular de un juzgado. Es jarandillana, tiene 36 años y su plaza es el juzgado de Instrucción Número 2 de Olot. Su oposición ha sido la oposición de muchos jarandillanos, entre otras razones porque el orgulloso padre de Lucía es el alcalde de la localidad, Fermín Encabo.    

Lucía ¿Qué se siente al ser la primera persona de la Vera que llega a ser juez?  

“Los dos sentimientos, ser la única persona juez de la Comarca junto y el hecho de ser mujer, engloban muchísimo orgullo. Además, yo estoy súper orgullosa de mi tierra, de haber nacido aquí y de haberme educado aquí. Esos símbolos también los llevo mucho a la práctica a la hora de ejercer mi profesión. Es decir, la cercanía, el cómo tratas a la gente, cómo estás en sala o cómo te solidarizas con todos los problemas. Eso es algo que solamente se puede conocer cuando naces en un entorno como este”.  

¿Querías ser jueza desde pequeña?

“Cuando era pequeña yo tenía otro tipo de aspiraciones completamente diferentes. De hecho, al criarme aquí, en un entorno de agricultura y animales, me gustaba mucho la idea de ser veterinaria. Luego me fui a estudiar a Talavera de la Reina y finalmente me fui a Madrid a estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma. Es una carrera larga porque es una doble licenciatura. Durante la carrera tampoco sabía lo quería hacer. Lo único que tenía claro es que no quería ser abogada. Entonces, el último día de clase fui a despedirme de un profesor con quien tenía muy buena relación, Liborio Hierro. Él me preguntó qué quería hacer. Yo le dije que no sabía y él me contestó: tienes que ser jueza. Me quedé desconcertada. Él era miembro de tribunal de oposición del Tribunal Supremo. Me dijo que lo podía conseguir, que me iba a ir bien. Después, cada vez que suspendía me acordaba de Liborio Hierro”.

Carrera y siete años de oposición

¿Cómo es una oposición de judicatura?

“Es bastante complicado, no tanto el encarar la situación del día a día sino a largo plazo. Lo primero que te dicen cuando empiezas la posición de judicatura es que es una carrera de fondo. No van a ser dos días, va a ser un sacrificio personal que vas a tener que hacer durante años, hasta que apruebas. Aunque la media, en años, está en no aprobar nunca. En mi promoción éramos 5.000 y aprobamos 300. Pero es que otras veces hay 5.000 personas para cincuenta plazas. Hay mucha gente que se queda atrás. Hay mucha gente que tiene que abandonar. Hay mucha gente ni siquiera tiene la ayuda de sus padres, como la tuve yo, para poder afrontar los gastos económicos que genera este tipo de oposición. Es una carrera tan a largo plazo que tienes que ser responsable, tienes que ser constante. Es un gran sacrificio a nivel personal y emocional. Y sin embargo luego merece la pena. La media de mi promoción creo que fueron cinco años y medio o seis años, no recuerdo bien.  La oposición tiene tres exámenes. El primero es tipo test, luego dos orales. Yo estudié un total de 350 temas”.

¿Una vez que apruebas, qué ocurre después?  

“Apruebas la oposición y te tienes que ir un año a la Escuela Judicial de Barcelona. Ahí teníamos varios profesores que dedicaban su día a día a enseñarnos, sobre todo, casos prácticos. Cuando terminas ese año en Barcelona nos destinan para que hacer prácticas. Yo las hice en Madrid. Cuando terminas ese periodo de prácticas eliges destino. Mi destino actual es el Juzgado de Instrucción Número 2 de Olot. Desde el primer día hasta el último, han sido siete años estudiando la oposición”.

¿Qué sensaciones experimentaste cuando viste el aprobado?  

“Esos sentimientos jamás se olvidan. Encima nosotros nos presentamos en el Tribunal Supremo, con esos pasillos y esas puertas tan imponentes. El último examen lo que quieres es que pase cuanto antes. Estás a una horas y cuarto de repetir todo el sistema de la oposición o a una hora y cuarto de ganar y cumplir tu objetivo personal. Tras conocer que había aprobado, esa noche estuve sin dormir. Luego, todas las mañanas me levantaba y decía: que he probado, venga que he aprobado, no tengo que estudiar, he aprobado. Me costó mucho creérmelo. Lo que sientes es muchísima alegría”.  

El apoyo de Jarandilla

Para muchos jarandillanos y jarandillanas, tu oposición también fue la suya…

“Sí y es emocionante vivirlo como lo he vivido yo con respecto a mi pueblo, a Jarandilla. Me acuerdo de que cada vez que tenía un examen, mi madre y sus amigas hacían procesiones para ir a poner velas a la Virgen y al Cristo para que yo aprobara. Entonces, cada vez que suspendía la gente me daba el pésame. Tenía muchísimas ganas de venir aquí para contarle a la gente que había probado y es tan gratificante ver cómo la gente se alegra, de verdad, por ti. En efecto, muchos jarandillanos han vivido mi oposición como si fuera la suya propia y eso se agradece profundamente”.

Desde febrero de este año eres titular en un juzgado de Olot ¿Cómo está siendo la práctica real?

Lucía con su padre, Fermín Encabo

“Al principio me dio vértigo. Ya eres jueza y tienes que poner en práctica todo lo aprendido. Te enfrentas a tomar decisiones que implican muchísima responsabilidad, pero he tenido unos tutores excelentes que me han ayudado muchísimo en el día a día”.

¿Tienes algún problema con el idioma?

“Bueno, hay gente que se niega a hablar castellano, pero nosotros no estamos obligados a saber catalán. A la hora de llevar a cabo los juicios cuando alguien se niega a hablar en castellano tengo que suspender el juicio y habilitar un intérprete. Eso ralentiza muchísimo a la hora de hacer las cosas. Lo que hacemos es hablar y preguntar si no tienen inconveniente en usar el castellano. Al final, lo que a ellos más les interesa es que yo me entere de lo que están diciendo porque si no me entero, es un problema. Yo les digo muchas veces que esto es como el juego del teléfono escacharrado. Si habilito un intérprete para que me cuente lo que estás diciendo se van a perder palabras que para el intérprete no son importantes pero para mí si. Y la que va a tomar decisiones soy yo”.  

¿Te gustaría ejercer en Extremadura?

“Sí. Mi sitio idílico sería estar en Cáceres”.

Lucía, cuáles son, desde tu punto de vista, los principales problemas de la Justicia en España.

“Todos los jueces y todas las juezas que formamos parte del sistema somos estrictamente profesionales. La gente se queja, y con derecho, de que la Justicia es lenta. La Justicia va lenta no porque nosotros tardemos muchísimo tiempo en dictar las resoluciones. Es lenta porque no tenemos medios. Faltan funcionarios, falta material. De hecho, nosotros mismos tenemos que comprar en material porque no hay ni post it, los tenemos que comprar nosotros, doy fe. Yo ahora mismo soy la decana del partido judicial y me encargo de solicitar funcionarios, material, etc. y nada”.

Os dejamos la entrevista completa en vídeo:

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