Carlos Díaz reutiliza los metales para reinventar la realidad que le rodea. Este escultor verato es un tipo tremendamente sencillo, creativo y trabajador que quiere convertir su obra en todo un referente del reciclaje artístico en nuestro país.

De una pura necesidad vital nació en 2015 CreArte, el proyecto personal de Carlos Díaz para dar una nueva vida al material reciclado. Con mucha imaginación, tornillos, tuercas y algo de creatividad, Carlos ha creado más de 250 esculturas que dan un sentido crítico y humorístico a situaciones de la vida.

Aunque nació en Saints Denís (Francia), Carlos creció en La Vera y terminó viviendo en el Guijo de Santa Bárbara por razones del amor. Hace cinco años descubrió, por necesidad, que tenía una vocación oculta.

“Me he dedicado a la construcción toda mi vida pero a raíz de un problema de salud tuve que dejar mi trabajo. Yo vivo con mi familia en el Guijo de Santa Bárbara, ¿en invierno qué haces? Noté que necesitaba hacer algo, estaba cerca de una depresión. Un buen día bajé a mi garaje y comencé a soldar cosas. Usaba tornillos, cerraduras, llaves… Comencé a jugar, a estar ocupado. Por mi garaje pasó un día la concejala de Cultura del Ayuntamiento del Guijo y me propuso exponer en la fiesta de Viriato. Después hice otra en el Museo del Pimentón de Jaraíz y allí, curiosamente, el organizador de la feria Recíclate, de Torrelavega, en Santander, vio mi obra y le gustó mucho. Me invitó a exponer. Fui y me pusieron a la entrada. Ten en cuenta que se trata de una feria por la que pasan más de siete mil personas, es importante. Yo iba de exhibición. Fue una experiencia muy agradable y divertida. Puse la bandera de Extremadura. Luego he ido más años. A partir de esa feria comencé a hacer más exposiciones. Todo me va muy bien. Antes, cuando trabajaba en mi empresa, no hacía estas cosas”.

Todas las esculturas de Carlos van acompañadas de una leyenda, de una frase que resume el sentido crítico de la pieza.

“Me gusta ser crítico y mezclar humor, sátira e ironía, de todo un poco. Me gusta mucho usar planos de películas, destrozándolas un poco y dotarlas de humor. Y sobre todo me gusta reciclar. Aprovecho cosas que están tiradas para darles sentido y gracia. Me inspiran los políticos, dan mucho juego. Como no tengo una obligación, cuando se me ocurren las cosas las hago y eso me da libertad. A veces se me ocurre una idea en casa, voy al taller y la plasmo. Me da mucha pena vender mis piezas. No me dedico a vender, prefiero hacer exposiciones. Creo que si me dedicara a eso perdería creatividad”.

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¿Te sientes reconocido en La Vera?

“No, no me siento reconocido en La Vera. Bueno tengo que puntualizar que en Losar y el Guijo me quieren mucho. He montado numerosas exposiciones en diferentes pueblos y generalmente no va ni el concejal de Cultura, ni el alcalde del pueblo. Nosotros invertimos nuestro tiempo y dinero para estar tres o cuatro días exponiendo, lo correcto es que pasen al menos para decir gracias. Y eso duele mucho. Esto desanima y no te dan ganar de volver, o de seguir. También es difícil competir con los toros. Yo he tenido una exposición en una calle por donde pasaba mucha gente para ver los toros y no entraba nadie. Quizás por desconocimiento. En este momento me siento más valorado fuera de Extremadura. Me gusta que la gente disfrute con lo que hago y no pido más que un gracias. En Cantabria un señor me pidió permiso para utilizar una escultura mía como logotipo para su ferretería. Un martillo corriendo detrás de un clavo. Claro que le dije que sí, no tengo copy right. En el Torno hice una expo y había un cantautor vasco, Txo Braceras, que había actuado y vio una escultura mía de un señor con melena, y con su guitarra, que va bajo un tendido eléctrico. Se llama Maneras de Vivir. El hombre me pidió permiso para ponerla en la portada de su próximo disco. Esto es una gran satisfacción»