El Parador de Jarandilla es uno de los más visitados de España tras la pandemia, así nos lo confirma su directora Natalia Martínez, que este mes celebra su décimo aniversario al frente del establecimiento hostelero más emblemático de la Comarca de la Vera. Con ella, hacemos balance de estos diez años de gestión.
Natalia Martínez Adánez es leonesa, concretamente de El Bierzo. Estudió la Licenciatura de Dirección y Gestión de Empresas Hoteleras en Santiago de Compostela. Durante toda la carrera hizo prácticas tanto en Paradores como en cadenas hoteleras, Meliá o AC por ejemplo. Finalmente, se quedó en Paradores y en 2012, con 32 años, llegó a Jarandilla para dirigir el Parador.
Natalia ¿Qué balance haces de estos diez años?
“Lo más sobresaliente es que hemos llegado al 66% de ocupación anual. En estos años ha aumentado la ocupación media en más de 5 puntos, al igual que la estancia media. Antes era, fundamentalmente, una estancia de fin de semana. Ahora es toda la semana. He vivido el crecimiento de los organismos turísticos de la zona, he visto cómo han mejorado e invertido en el plan turístico. Ahora se apuesta mucho más por la promoción y hay proyectos muy atractivos en marcha. Es maravilloso haber vivido el crecimiento de la Vera como destino turístico y ver que cada vez más gente lo pone en el mapa de sus vacaciones o tiempo de ocio. Ahora es cuando estamos recogiendo los frutos del trabajo realizado”.
Nos han comentado que el Parador de Jarandilla es uno de los más visitados de España tras la pandemia ¿Es cierto?
“¡Sí! Desde que hemos abierto las puertas, después del confinamiento, tenemos unos datos inmejorables. A fecha de mes de mayo ya hemos hecho un 35 % más de facturación que en 2019. POCOS PARADORES HAN SUPERADO ESTE PORCENTAJE. El Parador de Jarandilla está de moda y estamos encantados de poder mostrar estos datos y que se mantengan. Sobre todo, nos estamos beneficiando del turismo de interior en auge, la gente busca naturaleza. También la ventaja de la cercanía con Madrid y la promoción que se está haciendo”.
Empleados de la zona
¿Qué papel juega el Club de Amigos de Paradores en vuestros resultados?
“Juega un papel crucial. Ya estamos cerca del millón de Amigos de Paradores que es uno de nuestros más premiados bienes. Son amigos fieles que aportan un porcentaje altísimo a la facturación anual de paradores. Más de la mitad. No todas las empresas pueden tener ese dato. Por supuesto, a esos clientes fieles los cuidamos muchos y los premiamos con promociones”.
Globalmente, de dónde proceden, a nivel nacional e internacional, los huéspedes del Parador de Jarandilla.
“Mayoritariamente los huéspedes que vienen al parador de Jarandilla son de Madrid, por la cercanía. Luego Cáceres y Andalucía. A nivel internacional, fundamentalmente alemanes, ingleses y franceses”.
Qué actuaciones de mejora tenéis planificadas

“Actualmente hay 52 habitaciones, pero tenemos el proyecto hacer una comunicada porque nos vienen muchas familias, se quedarían en 51. En un edificio como este castillo, de semejante envergadura, siempre hay cosas que mejorar. Hemos presentado un proyecto a Europa porque somos un edificio BIC (Bien de Interés Cultural), para mejora de la fachada, los jardines y la iluminación. Pero vamos a presentar más proyectos. La estrategia actual es invertir, mantener y que nuestra actividad sea, cada vez, más sostenibles. Esa es la apuesta de la dirección”.
¿Vuestros empleados son, en su mayoría, de la zona?
“Si, mayoritariamente es personal de la zona y mayoritariamente son mujeres. Ahora, en temporada alta, estaremos en 50-52 empleados”.
¿Qué reto te marcas a medio o largo plazo?
“El reto es intentar mantener la actividad el año que viene. Ese es mi principal reto porque este año es impresionante lo que estamos haciendo a nivel de facturación. Para el año que viene tendremos que igualar, al menos, la actividad y eso va a ser un gran reto. La gente tenía muchísimas ganas de salir y de celebrar”.
Qué diferencia a Paradores del resto de establecimientos hoteleros
“Es una empresa que se diferencia del resto porque más del 50% de los ingresos lo reporta la restauración, por el capital humano y que los clientes se encuentran como en casa. Aportamos un valor añadido que otras cadenas no tienen, como edificios histórico, el trato y la imagen de prestigio que proyectamos desde 1928 cuando se inauguró el primer parador, el de Gredos. Es una marca y muy potente”.
El Parador y el entorno
¿Cómo valoras la relación del Parador con el ámbito social y cultural de la Comarca de la Vera?
“Uno de los principales objetivos cuando llegué aquí es que el Parador formase parte del entorno y que la gente lo viera como un lugar donde poder disfrutar de la cultura y que los veratos se sintiesen orgullosos de tenerlo en la comarca. Yo soy muy fan del eslogan «cultura crea turismo» y lo aplico. Estoy encantada y feliz de que la gente pueda venir y disfrutar de su patrimonio. Intentamos colaborar en todo lo que podemos. Incluso, a nivel amplio hay firmado un convenio de colaboración de Paradores con la Red de Rutas Europeas del Emperador Carlos V. Se quiere hacer simbiosis entre descanso imperial, la cocina del emperador, experiencias, etc. Un convenio que incluye unos 12 paradores. Aquí, en la Vera, tenemos que aprovecharnos más de Carlos V”.
Sola en un castillo durante el confinamiento
En estos diez año, ¿cuál ha sido la situación más difícil a la que te has enfrentado?
“Especialmente duro fue quedarme sola en este castillo durante el confinamiento. Desde el 13 de marzo al 25 de junio. Fue difícil, pero fui feliz. Puede invertir el tiempo en cosas que me gustan como es cocinar, hacer yoga, leer… Fue como un retiro espiritual. Me he sorprendido a mí misma con mi propia capacidad de adaptación”.
A nivel personal ¿Qué te ha aportado la Vera?
“A nivel personal, la Vera me ha aportado vida espiritual y darme cuenta de cómo soy yo. Conocerme más a mí misma. Yo era urbanita total y aquí me he adaptado. Ahora voy a andar por la montaña y disfruto de lo que hay. Vivimos en un paraíso y me siento afortunada. También he hecho amigos en la Vera para toda la vida. Me costó al principio encontrar gente afín pero ahora tengo esos amigos a los que vendré a visitar si algún día me marcho”.