Hablamos con el escritor losareño Juan Antonio Paniagua sobre su nueva novela, Las Máscaras del Topo, obra policiaca sobre el Partido Comunista, un espía y los servicios secretos de Franco. Más allá de la trama, el autor vuelve a tratar la complejidad de la condición humana con temas como el mal y la fugacidad del tiempo, que ya estaban en su anterior novela, «Dominios del olvido».
Sabemos que la novela describe la captación de un topo del entorno de Santiago Carrillo por los servicios de inteligencia franquistas, pero ¿podrías contarnos algo más?
“La novela, construida bajo una estructura clásica y obra coral, empieza con un asesinato en la víspera de los carnavales de Getafe en 2009. A partir de ahí, un inspector del grupo de Homicidio, Andrés Casajús, rastrea la larga sombra de un personaje enigmático… Y es un thriller con ritmo cinematográfico, giros para sorprender al lector y un desenlace en el que aparece la razón de Estado como inquietante Gran Hermano”.
¿En qué marco histórico se desarrolla?
“Abarca desde finales de la dictadura y la transición democrática, con la Segunda Restauración borbónica, hasta la crisis financiera del 2008. Lo que busco es dar una perspectiva temporal a ese periodo histórico con pinceladas concretas. El resentimiento social, la ilimitada voluntad de poder en la clase política o la insaciable avaricia que late en la naturaleza humana, están presente a lo largo del relato. También uno de los hechos más oscuros en un país de fuerte tradición cristiana: el terrorismo de ETA y la actitud del clero católico vasco más fanático en esa descarnada manifestación del mal; sin olvidar, desgraciadamente, la vergonzante ambigüedad de algunos prelados de esas diócesis”.
¿Querías escribir una novela sobre el comunismo?
“No. Pero conocí de cerca el homenaje a Dolores Ibárruri, La Pasionaria, que organizó el Partido Comunista Italiano en Roma. Fue a finales de 1975, poco después de morir Franco. Y la Pasionaria, como Santiago Carrillo, son solo personajes que entran y salen de la escena de un gran teatro donde el principal actor, escondido detrás de múltiples máscaras, es el topo.
El comunismo actual
De todas formas, aprovecho tu condición de doctor en Filosofía y profesor para preguntarte sobre el comunismo actual, ¿cómo lo describirías?
“El marxismo, inspirado en Rousseau y el idealismo objetivo del filósofo alemán Hegel, fue, creo, la última utopía redentora de la cultura occidental. Pero al contrario de las anteriores, que fueron simples ensayos filosóficos, ésta se llevó a término con la Revolución de 1917 en Rusia. Y después de los millones de muertes que ha dejado el comunismo hasta la caída del muro de Berlín en 1989, aparte de su fracaso como modelo económico, hoy es una ideología residual que sigue vigente en algunas dictaduras populistas y en minoritarios movimientos políticos de las democracias liberales”.
Volviendo a la novela, también introduces una deidad griega, Dioniso. ¿Por qué?
“Sí. Aunque en el relato sigo los cánones de la novela negra, me encanta jugar con el lenguaje simbólico por su fuerza evocadora. Y la figura de Dioniso, deidad griega del inframundo, recuperada por Nietzsche como encarnación del vitalismo más primitivo, casaba perfectamente como introducción a los carnavales de 2009 en Getafe. Es, en el fondo, un recurso literario más”.
Con esta segunda novela, editada por Letra Minúscula, te has lanzado al formato
digital, además del físico. ¿Por qué?
“Dominios del olvido, anterior novela inspirada en el norte de Cáceres y la diócesis de Plasencia de los años cincuenta, se editó con sello extremeño. Pero Las máscaras del topo, aunque haya tomado Getafe como marco inmediato, puede interesar a un público más amplio al tratarse de hechos históricos relacionados con el Partido Comunista y los servicios de inteligencia de la dictadura de Franco. Por esa razón me convenció la fórmula de Letra Minúscula”.
Extremadura
No obstante, en el libro hay muchas referencias a la tierra, a Extremadura.
“Sí, en efecto; es sello de la casa. Hay un inspector de policía, José Antonio
Santos Torrado, nacido en Cáceres, que es un personaje de necesaria referencia en la novela; y el segundo capítulo, desarrollado en la Casa Regional de Extremadura en Getafe, me sirve de coartada para hacer un retrato social de la evolución política en España a través de una de las ciudades metropolitanas del llamado cinturón rojo de Madrid”.
¿Estás ya trabajando en la tercera novela?
“Después de dar por terminado un ensayo de filosofía en el que llevaba bastante tiempo ocupado, estoy estudiando la posibilidad de escribir una sobre la España de Felipe III. En este momento estoy en la recopilación de datos. Pero es, insisto, solo un proyecto”.
¿En qué consiste el ensayo que has mencionado?
“Se titula Homínidos filósofos. Las preguntas de Kant. Y pretende ser una obra divulgativa y amena escrita para alumnos de Bachillerato, universitarios y personas interesadas por los grandes temas que trata la Filosofía.